El día de hoy conversaremos Don Nicolás Daniel león Cadenillas y un servidor.
Nombre artístico: Nicolás León; actor, director, escritor, artista, teatrista, teatrólogo... Niky, para los amigos; nació en octubre, mes morado, en la Maternidad de Lima; «hinchando» por el Club Alianza Lima. Sus estudios básicos los hizo en el colegio Alfonso Ugarte Vernal. Allí inició sus andares, en el mundo del teatro, de la mano de Don Alvaro Gonzales (un actor conocido y reconocido en el teatro peruano, también en la televisión y en el cine nacional) quien, por entonces, dirigía el club de teatro de esa, entonces, Gran Unidad Escolar. Sus estudios superiores los inició en la Universidad San Martín, donde también integró el grupo de teatro. Ahí, echó su suerte: partió hacia la Escuela Nacional de Arte Dramático y, en el año 1973, egresó como «Actor Profesional». Enumerar las múltiples intervenciones de Nicolás en el teatro, no solo en Perú y Latinoamérica sino también en Europa, sería larguísimo. Brevemente, en Perú: integrante, presidente, del grupo «Homero Teatro de Grillos»; gestor, iniciador, impulsor, de la Muestra de Teatro Peruano. En Europa, fraternizó en talleres de intercambio y confrontación con el mítico Jerzy Grotowsky y con el famosísimo actor Ryszard Cieslak; así como con el premio Nobel Dario Fo y Franca Rame, su esposa; también con Eugenio Barba, director del Odin Teatret; Julian Beck y Judith Malina de The Living Theatre… y no sigo porque, sobre esto y otras cosas, vamos a conversar con él.
Niky, uno «llega» a un país, un pueblo, una cultura que, andando el tiempo, marcan una impronta en nuestros quehaceres, ¿a «dónde» llegó Nikito al mundo?
A la casa de mi abuela materna, la mamá de mi mamá: la abuela Virginia Daniela. Por eso soy Daniel. Una familia de clase media, baja. Digo clase media porque la familia tenía un inmueble: un «callejoncito». Me crie ahí, rodeado de los hermanos de mi mamá. Del «callejoncito», guardo recuerdos con mucho cariño: ahí... jugué trompo, cometa, bolitas, lingo, canga...
Eres un artista, más de cuarenta años dedicados al cultivo del teatro, eso es fruto de algo. ¿Qué artes cultivaban los miembros de tu familia? ¿Había cantantes, poetas, actores, aficionados al arte en cualquiera de sus manifestaciones?
Mi «callejoncito» fue mi escuela de Arte y Oficios. Me crie rodeado de artistas. Mi mamá fue una artista en corte y confección, alta costura. De ella, aprendí a usar la aguja, hilo y el dedal; hacer las bastas, a los pantalones, con la puntada ‘patita de grillo’; hilvanar, pegar botones, planchar, lavar, cocinar. Sus hermanos, mis tíos, eran expertos artesanos. Mi tío Lolo: maestro de obra, albañil, pintor de brocha gorda; como jugando, me prestaba una brochita y yo lo ayudaba a pintar el callejón; veía cómo mezclaba las pinturas para sacar un color especial, distinto. Mi tío Tito, ebanista; yo jugaba en su carpintería; aprendí a usar los serruchos, martillos, a clavar con técnica y estilo; a hacer tarugos, a pegar las maderas, usar las prensas. Mi tío Pancho era mecánico, tenía una carcocha de los años de Al Capone, desarmaba y armaba la «carrandanga». Mi primo Claudio y el tío Gregorio Córdova eran joyeros. Y acá viene lo mejor: los días sábados, mis tíos, vecinos y amigos jugaban futbol y, después, armaban una jarana con guitarra, cajón y castañuelas. Mi tío Teodoro tocaba las castañuelas, cucharas; mi primo Claudio, la guitarra, como los dioses. Cantaban valses criollos, tangos y tropical de la Sonora Matancera. Y ellos mismos cocinaban fuentes de escabeches, arroz con pato, cau cau, tallarines... Eran unos verdaderos artistas, cada uno en su materia. Yo tuve la suerte de criarme en esa escuela de arte y oficios. Sin proponerme, aprendí habilidades de las artes manuales. Otro sí, digo: me atengo a que la palabra arte viene del latín ars – artis que significa obra o trabajo creativo, y éste, a su vez, del griego téckne: técnica; o sea: arte manual, oficio, habilidad.